Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en un tapiz https://nicoleejqv890793.ourcodeblog.com/38894805/el-cabezazo-de-zidane-y-su-impacto-cultural